Son dos temas que nada tienen que ver, pero que me parecen interesantes porque es la línea tecnológica por la que parece que deben ir las aplicaciones de internet.
Rodolfo Carpintier, en una entrada de su blog habla de que hay tecnologías que necesitan tiempo para despuntar. Dejando de lado la discusión sobre las inversiones en tecnología y el horizonte temporal, creo que es curioso comparar dos tecnologías como saas y la web semántica. Un amigo de Rodolfo habla de cómo desde hace 10 años (y probablemente más, cómo apuntan algunos comentarios) hay empresas que hacen saas y no han tenido éxito hasta ahora. La web semántica lleva también 10 años de promesas, entonces ¿es el momento de empezar a ver empresas que trabajen en la web semántica que tengan éxito?
Creo que hablando desde una perspectiva tecnológica, no es lo mismo. Hay que analizar cada caso por separado. En el caso de saas, un factor clave es el ancho de banda y la velocidad de procesamiento de los ordenadores. Mientras la velocidad de procesamiento era mucho mayor que el ancho de banda (en terminos relativos, no absolutos, no hablo de comparar MHz con GHz), las aplicaciones tenían más sentido como aplicaciones de escritorio. Mientras el coste de un ordenador era mucho menor que el de un servidor/mainframe, tenía sentido tener un ordenador en casa. Al cambiar esta relación, debido a que Google redujo drásticamente el coste de sus datacenter (de nuevo, de forma relativa, lo hizo hasta el punto de poder ofrecer servicios saas gratuitos como gmail), ha cambiado el paradigma.
Es decir que la promesas del saas no se ha podido realizar hasta que cambió la relación de coste de procesamiento y ancho de banda. Si esta relación vuelve a cambiar (superprocesadores baratísimos, que cualquier persona pueda mantener en casa) es posible tengamos de nuevo el paradigma antiguo, aunque en mi opinión es difícil que volvamos atrás.
¿Qué sucede con la web semántica? Creo que en general parte de una premisa errónea: etiquetar la web para que los ordenadores sean capaces de procesar sus datos. Pero ¿quién tiene que hacer el esfuerzo de etiquetar la web? La línea a seguir no es etiquetar la web, sino desarrollar algoritmos más inteligentes capaces de entender la web existente. Eso es lo que hizo google: al dar tanta o más importancia a los enlaces a una página que al propio contenido de la página, su algoritmo, sin hacer ningún cambio en la web existente, se volvió más inteligente que la competencia.
Si entendemos la web semántica cómo algo más abstracto, cómo la aplicación de algoritmos de inteligencia artificial a la web, entonces estoy de acuerdo, es lo que quiero decir con desarrollar algoritmos más inteligentes.