Hay un concepto en robótica muy difundido: no hagas tu robot demasiado humano. Por ejemplo Cynthia Breazeal en Designing sociable robots, hace referencia a que el aspecto de kismet es deliberadamente no humano, para no generar repulsión.
Hasta ahora no conocía demasiado la base de esta idea, pero he descubierto que esta teoría la planteó Masahiro Mori como el valle inexplicable. Sólo he profundizado en la wikipedia, pero es bastante interesante: establece que un robot con parecido humano llega a un punto donde en vez de empatía genera repulsión. Alude a que un robot demasiado humano pero no lo suficientemente, probablemente nos recuerde a un cadáver o a una persona enferma.
Su teoría parece que no es del todo científica, seguramente no tenía datos para probarla dado que en los 70 no había robots casi humanos. Pero probablemente encierre algo de cierto: si no es lo suficientemente humano, mejor que no parezca humano.
Una respuesta a “el valle inexplicable”
[…] útil saberlo. Si conseguimos fabricar un robot muy complejo, siempre tendremos en contra el efecto valle inexplicable y con movimientos tan sencillos como éstos conseguimos reducir el […]